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How our ligún wheat straw hats are made

To generate new junctions between craftwork and design, we invited Trenzados de Cutemu, a Chilean collective of women artisans, to work together on a special edition of one-of-a-kind handmade hats. Today, we share the step by step of this artisanal process.

En este cruce, Trenzados de Cutemu vuelca toda su experiencia en el oficio, y SISA propone explorar una nueva manera de integrar el color en el trenzado, y así dar cuenta de esta delicada técnica.

El resultado es una edición especial de 10 sombreros únicos, trenzados a mano y cosidos en Cutemu, comuna de Paredones, Chile. Hechos de paja de trigo ligún, la semilla característica de la zona, y teñidos artesanalmente con tinte de quintral. Hormados en Calera de Tango, Chile. 

Cada sombrero es único, ya que mínimos movimientos o ajustes en el trenzado y cosido cambian radicalmente el resultado visual, lo que imprime la mano de cada artesana de manera particular en cada pieza. 

Hoy, te contamos sobre cada etapa de experimentación en conjunto para esta colaboración, quiénes son las artesanas que elaboraron los sombreros; las características del trenzado y la sombrerería, y un poco de la historia de estos oficios en Chile.  


Diseño y colaboración

En la propuesta de diseño, en SISA buscamos lograr una mancha sectorizada usando tintes naturales en un sombrero de copa redonda en paja de trigo ligún. 

La intención detrás de esta mancha sectorizada es crear una nueva forma de uso del color en los sombreros –que tradicionalmente se puede dar por trenzas jaspeadas o rayas más parejas por el cambio de color de la trenza en tramos–, para destacar de manera explícita el oficio del trenzado en Cutemu. 

El desarrollo de esta colaboración tiene una serie de exploraciones detrás. Mediante este cruce, las artesanas trenzadoras han podido probar nuevas técnicas, procesos, caminos de experimentación y teñidos que, más allá de este producto en particular, quedarán como investigación para ellas en adelante. Ha sido un proceso largo y enriquecedor para ambas partes.

Experimentación

Una de las primeras pruebas fue el teñido de una trenza en paja de trigo por secciones, en un tinte natural de cáscara de cebolla, que otorgara color de manera rápida. El resultado fue un sombrero con líneas en color caramelo y color natural, que no se acercaba mucho a la mancha sectorizada. 

Posterior a eso, en SISA intervinimos un sombrero de paja sobreponiendo una cuerda que imitaba la trenza del sombrero, sobre la cual se realizó la mancha sectorizada. Con esta cuerda como referente, la agrupación realizó una prueba de cambios de color al momento de trenzar la paja. Esta técnica toma más tiempo, pues usualmente las trenzadoras elaboran sus trenzados prácticamente sin mirar la trenza, incorporando las pajas al entramado, mientras que en este caso deben estar atentas e ir midiendo con la cuerda en qué punto integrar la paja de color. Con esta segunda prueba, realizada con paja natural y en color morado obtenido con tinte de uva, se logró un segundo sombrero que se acercó más a la mancha sectorizada, pero faltaba aún precisión en la cuerda utilizada para ir midiendo el sombrero.

La tercera prueba fue sumergiendo la sección de un sombrero en un tinte de ceniza que pudiera otorgar color rápidamente. Si bien con este se obtuvo la mancha sectorizada, el color no era lo suficientemente fuerte. La ceniza tiñe en un color mostaza, similar al amarillo de la paja del trigo. 

Técnica

Se elaboró una trenza madre, hecha a partir del desarme de un sombrero, sobre el cual previamente se trazó una mancha que se fue embarrilando con hilo. Con esto, se obtuvo la trenza referente para crear las trenzas bicolor, natural y negro. La técnica desarrollada de color integrado al trenzado requiere ir cambiando el color de la trenza por sectores. Si bien su elaboración es lenta, al ir cambiando el color de la trenza por sectores, el resultado tiene un valor visual singular

Ya con estas etapas de experimentación previas, se decidió avanzar en mejorar la técnica para crear una trenza bicolor, donde se van intercalando, por secciones, la paja natural y la paja en color negro, obtenida finalmente del tinte de quintral, una planta parásita con propiedades medicinales que crece sobre distintos árboles, la cual se recolecta en zonas boscosas de Cutemu.

Para teñir la paja, debe hervir el quintral en agua para que suelte el color. Cuando hierve, se echa la paja en la olla y se pone sobre una parrilla a fuego con leña al aire libre. Se hierve por dos días, usando sal de mar de las salinas de Lo Valdivia, ubicadas cerca de Cutemu, como mordiente. Luego, se retira del fuego y se deja enfriar.

Preparación de la materia prima

Toda la materia prima proviene de Cutemu. Como agrupación, Trenzados de Cutemu tiene un pedazo de siembra propia en el campo de un familiar de una artesana del grupo. Entre los familiares se apoyan para la siembra, cosecha, secado, y luego las artesanas realizan los otros procesos.

El trabajo de preparación de la materia prima toma varios meses. El trigo ligún se siembra en otoño, luego de las primeras lluvias, cuando la tierra ya está húmeda. Tarda aproximadamente 8 meses en crecer. Solo se riega con agua de lluvia. Luego, se cosecha el trigo en verano, cortándolo a mano con una echona. Finalmente, se seca el trigo al sol. En alrededor de un mes hacen el trabajo de cosecha y secado. 

 

Proceso de elaboración

La elaboración de cada sombrero tarda varias jornadas, como se ve en esta línea de tiempo, documentada por la agrupación: 

 

¿Quién hizo este sombrero?

Dos artesanas de Cutemu elaboraron la trenza de estos sombreros: Zaida Edita Muñoz y Georgina Cavieres Vidal, y una artesana estuvo a cargo de la costura: Berta Cáceres

En paralelo, trabajamos junto a la artesana sombrerera experta en hormado, Andrea Calvo, quien fue experimentando en el hormado de copa y planchado del ala del sombrero. La decisión de la forma final se tomó en conjunto, optando por una horma que abarca varias tallas y a su vez buscando que el ala del sombrero fuera amplia y cubriente, con un sutil pliegue.

Trenzados de Cutemu

La agrupación Trenzados de Cutemu está conformada por: Zaida Edita Muñoz, Andrea Reyes, Rocío Schatzke y Débora Vidal. Trabajan juntas desde 2016 y también integran el trabajo de otras artesanas de la localidad. Cada una tiene su rol y su historia de acercamiento al oficio. 

Zaida Edita Muñoz aprendió a trenzar en sus primeros años de vida, en una época en que muchas familias se dedicaban al trenzado y la sombrerería, además de las labores propias del campo. Su madre y su padre se dedicaban a la venta de sombreros, que muchas veces elaboraban con las trenzas realizadas por sus hijos e hijas, quienes, a veces, como una forma de juego, hacían competencias para ver quién trenzaba más rápido. Zaida ha continuado en el trenzado por más de 40 años, y desde 2016 forma parte de Trenzados de Cutemu, con quienes ha innovado en la creación de nuevas piezas a partir del trenzado. Zaida fue la encargada de experimentar y de probar las distintas técnicas de tintes y de trenzado para llegar a la “trenza madre” con la cual se elabora el sombrero SISA.

Berta Cáceres heredó el oficio por tradición familiar desde muy pequeña: también aprendió a trenzar en sus primeros 10 años de vida, y en los siguientes diez aprendió de sombrerería. Ha dedicado más de 40 años a este oficio, con el que ha sustentado a su familia, en particular, en la época en que esta tradición tuvo su apogeo: entre los años 1960 a 1980, cuando había una alta demanda de sombreros en paja de trigo. Usualmente se comercializaban en mulas o carretones que partían cargados de cochayuyos, sal de mar y sombreros de paja, todos provenientes de los alrededores de la zona, a recorrer otras localidades por varios días.

Andrea Reyes, hija de Berta Cáceres y miembro de Trenzados de Cutemu, ha apoyado a su madre en este desafío creativo, ayudando en la gestión para capacitar a otras artesanas de Cutemu en la elaboración de esta trenza característica. 

Georgina Cavieres Vidal es artesana trenzadora de la localidad de Cutemu. Se dedica a este oficio desde niña, y es una de las pocas artesanas que elabora trenzas con siete pajas en Cutemu. Vive en el sector llamado Quebrada de Los Poblete.

Rocío Schatzke, diseñadora y parte de Trenzados de Cutemu, es quien ha estado a cargo de unir, integrar y generar el diálogo entre todas las partes involucradas. Su rol ha sido hacer visible este oficio patrimonial a través de diversas estrategias desde 2016, con la convicción de abordar sus posibilidades para darle continuidad en el tiempo. 

Andrea Calvo, sombrerera experta en hormado, heredó el oficio de la fábrica familiar de sombreros Girardi, que nació en Italia como fábrica de trenzados y sombreros de paja. Aprendió el arte del hormado y la confección de sombreros de paño desde hace unos diez años. En 2020, junto a Trenzados de Cutemu, comenzó a explorar el mundo de la sombrerería en paja de trigo, probando sus posibilidades técnicas y formales. Es actualmente una colaboradora regular de la agrupación.

 

Historia del oficio en Chile 

El trenzado en paja de trigo es un oficio que se desarrolla en Chile desde hace más de 200 años. Se cree que antiguamente, en gran parte del secano costero de Chile, entre las regiones de O'Higgins y Ñuble, se elaboraban trenzas en paja de trigo. 

Actualmente, solo dos zonas aún mantienen vigente esta tradición: Cutemu y alrededores, en la comuna de Paredones, y el Valle del Itata en la región del Ñuble. En ambas comunidades el oficio es similar, aunque cada una tiene sus particularidades: una de las principales diferencias es la semilla de trigo que se siembra para el trenzado. 

Mientras que en la región del Ñuble se trabajan alrededor de 6 a 7 tipos de semillas, en Cutemu se trabaja solo con la semilla de trigo ligún, la cual ha sido conservada y trabajada de generación en generación. Es reconocida por la calidad y resistencia de su paja

Aunque no se tiene certeza del origen del oficio en la zona, su existencia y traspaso está vigente por más de 3 o 4 generaciones, según cuentan las artesanas de la localidad. En Cutemu, la introducción de esta técnica podría asociarse a la instalación del convento franciscano en la localidad vecina de San Pedro de Alcántara, o podría ser una adaptación de oficios de las comunidades indígenas que habitaron la zona, durante la llegada del trigo al país.

El trenzado en paja de trigo ligún se desarrolla en esta localidad desde hace más de 150 años, y todas las familias del sector tienen alguna relación con el oficio.

Encuentra acá nuestros 10 sombreros seriados.

Fotos de procesos: cortesía de Trenzados de Cutemu y Andrea Calvo de Honra. 
Agradecimientos: Rocío Schatzke. 

Fotos de campaña SISA: Joaquín Vergara. 
Maquillaje: Yani Urbina. Modelo: Saray Mera